miércoles, 27 de mayo de 2015


                                                                         


         
                                                             
                                                                  ULÁN

Hay un animal que se aparece en las noches de lluvia. Recostado sobre mi regazo, duerme   placentera y profundamente. Es peludo, redondo y azul,  tiene seis patas con garras parecidas a las de un gato; su hocico es pequeño, y perfecto, igual que un perro de raza. Su nariz, púrpura, respira de forma lenta hinchando su cuerpo como un globo, hasta que parece estallar. Un segundo antes exhala y sonríe como si supiera la paz que me transmite; sus ojos siempre están cerrados.  La  cola,  larga,  ondea fiel al misterio que encierran los días lluviosos. Decidí ponerle Ulán, que en un dialecto asiático quiere decir lluvia. Nunca me atrevo a despertarlo, ni siquiera lo molesto. Invariablemente cuando aparece tengo el mismo sueño: camino por una calle de casas enormes, enormes. Ulán duerme cerca de un umbral. Me acerco, y una voz me dice: la inteligencia es el laberinto donde nos escapamos cuando nuestra realidad duerme. El sentimiento que tengo, al despertarme, está siempre cargado de una piedad secreta. Lo único que queda, cuando me levanto, es su cola que, al tocarla, se transforma en agua.

Manuel Bernal

Manuel Bernal (Capital Federal 1978). Escribe cuentos desde los 24 años más o menos, participó en talleres de cuento y novela en la biblioteca nacional, también  talleres de forma personal. Desde fines del 2013 que asiste al taller de Osvaldo Bossi.


Sobre Ulán: siempre quise escribir sobre un animal fantástico como en el libro de Borges El libro de los seres imaginarios. Vi un corto animado basado en un cuento de Dostoievski donde aparecía  un animal en los brazos del protagonista que me inspiró para escribir.


  

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